Marcial: Carta de presentación de su obra
Marcial
VALERIVS MARTIALIS LECTORI SVO SALVTEM
Spero me secutum in libellis meis tale temperamentum, ut de illis queri non possit quisquis de se bene senserit, cum salva infimarum quoque personarum reverentia ludant; quae adeo antiquis auctoribus defuit, ut nominibus non tantum veris abusi sint, sed et magnis. Mihi fama vilius constet et probetur in me novissimum ingenium. Absit a iocorum nostrorum simplicitate malignus interpres nec epigrammata mea scribat: inprobe facit qui in alieno libro ingeniosus est. Lascivam verborum veritatem, id est epigrammaton linguam, excusarem, si meum esset exemplum: sic scribit Catullus, sic Marsus, sic Pedo, sic Gaetulicus, sic quicumque perlegitur. Si quis tamen tam ambitiose tristis est, ut apud illum in nulla pagina latine loqui fas sit, potest epistula vel potius titulo contentus esse. Epigrammata illis scribuntur, qui solent spectare Florales.
Non intret Cato theatrum meum, aut si intraverit, spectet. Videor mihi meo iure facturus, si epistulam versibus clusero:
Nosses iocosae dulce cum sacrum Florae
Festosque lusus et licentiam volgi,
Cur in theatrum, Cato severe, venisti?
An ideo tantum veneras, ut exires?
VALERIO MARCIAL SALUDA A SU LECTOR
Espero haber observado en mis libritos tal respeto, que nadie que tenga buen concepto de si pueda quejarse de ellos, puesto que provocan la risa manteniendo el respeto de las personas más humildes, cosa que faltó ya en autores antiguos, hasta tal punto que no solamente se produjeron abusos con los nombres reales, sino también con los de los más importantes.
¡Ojalá pague un precio pequeño por la fama y se reconozca en mi un ingenio extraordinario! Se aleje de la sencillez de mis bromas el interprete mal intencionado y no escriba mis epigramas: pues no actúa honradamente el que es ingenioso con obra ajena. Excusaría la verdadera lascivia de mis palabra, pues esto es la lengua de los epigramas, si mi obra fuera un ejemplo, pero así escribe Catulo, así Marso, así Gaetulico, así todos los que son muy leídos. Sin embargo, si existe alguien tan perjudicado que no permita en ninguna página que hable latín, puede contentarse con esta carta o mejor con el título. Los epigramas se escriben para los que suelen acudir a las Florales. Que Catón no entre en mi teatro, o si llega a entrar, que mire. Me parece que estoy en mi derecho, si acabo la carta con unos versos:
Cuando conoces el dulce rito de la alegre Flora,
Los juegos festivos y la licencia del vulgo,
¿Por qué has venido al teatro, severo Catón?
¿Acaso vienes tan solo para poder marcharte?