Saturnalia

Las Saturnalia se celebraban en Roma en honor del dios Saturno, dios de la semillas y de la siembra. El día oficial de celebración era el 17 de diciembre (XVI Kal. Jan.)

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Ave, Caesar! Io, Saturnalia! Sir Lawrence Alma-Tadema - 1880 Akron Art Museum (United States) Painting - oil on panel

Las Saturnalia se celebraban en Roma en honor del dios Saturno, dios de la semillas y de la siembra. El día oficial de celebración era el 17 de diciembre (XVI Kal. Jan.)
En un principio las fiestas duraban solo un día, pero como eran muy populares, pronto se alargaron hasta llegar a los 7 días. Augusto las trató de acortar a tres días, pero sus sucesores les restauraron los 7 días antiguos, este número de días recuerda el escritor Cicerón. Macrobio dice que las Saturnalia fueron alargadas por las celebraciones de la Sigillaria, celebración donde se regalaban estaquillas de barro a los niños.
Macrobio en su obra Saturnalia también nos dice que el día más importante de las fiestas era el día décimo cuarto o, tras la reforma del calendario, el décimo sexto antes de las Kalendas de enero ( 17 de diciembre) y era llamado Opalia, en honor de la diosa de la abundancia Ops, mujer de Saturno.
En el calendario romano los días dedicados a las Saturnalia eran festivos y no se podían hacer ninguna clase de trabajos. Las celebraciones en honor de Saturno, que muy pronto fue asimilado al dios Cronus de los griegos y que sus sacerdotes hacían los ritos con la cabeza sin cubrir como era tradición en el rito griego, eran el rito de la liberación del dios y consistían en desatar los lazos que ataban la estatua de marfil del dios. Tras el sacrifico que se hacía en el templo se celebraba un banquete público en el cual los comensales participaban bajo la mirada de la estatua del dios que presidía el banquete como si fuera el anfitrión.
Catulo apreciaba mucho estas fiestas porque se visitaba a los amigos, se daban regalos, ... Para él eran “los mejores días”. Séneca y Plinio el Joven cuentan que son festividades donde hay mucho barullo.

Durante estos días todos se volvían más permisivos: se permitía el juego en publico; los esclavos dejaban de trabajar, llevaban un gorro de esclavos liberados, para honrar estas jornadas; a los banquetes se asistía con ropa que no fuera de etiqueta y participaban amos y esclavos. Luciano escribirá sobre estos banquetes: durante mi semana lo serio está prohibido, no se permiten los negocios. Beber, hacer ruido, jugar, apostar a los dados, nombrar reyes, asistir a banquetes de esclavos, cantar desnudos, aplaudir con las manos heladas, una zambullida de vez en cuando en agua helada. Tales son las funciones que tengo atribuidas.